Juan Manuel Grijalvo - Adversario político

 

(Ultima Hora, FDS, 23 de enero de 2004)

 

El día 24 de noviembre de 2003 apareció en "Ultima Hora" una entrevista de Olga Quintanilla con la Excma. Sra. María Luisa Cava de Llano y Carrió. Comienza como sigue:

- "¿Qué razones le llevaron a aceptar el cargo de Adjunta Primera del Defensor del Pueblo?"

- "Siempre he sido una enamorada de la Institución del Defensor del Pueblo porque el que tiene vocación por la justicia, y yo la tengo, y además por la política, este es el cargo ideal porque te permite ser la voz de quienes no tienen voz y atender a los colectivos más vulnerables y todo ello, sin el encorsetamiento que supone el ejercicio de la abogacía. Otro de los factores es que al no tener adversario político, todo el trabajo es en positivo y ello supone una ayuda enorme a los necesitados".

Es un hecho demostrable que la institución está muy bien valorada por los ciudadanos. Me permitiré sacar de contexto tres frases:

En principio, la "vocación por la justicia" debería ser algo prácticamente universal, y más en el mundo de los juzgados. Pero los jueces no obtienen tan buenas valoraciones en los sondeos de opinión pública. Otro día, si usted quiere, podemos hablar - en abstracto, naturalmente - de las diferencias entre justicia y equidad, que son términos relacionados, pero no sinónimos. Eso es materia de la filosofía del derecho.

En cuanto al "encorsetamiento que supone el ejercicio de la abogacía", sería útil que nos hablara un poco más de esto. La imagen pública de los abogados tampoco es demasiado buena. A nivel de simple hipótesis, tal vez sea porque el corsé es tan estrecho que deja fuera la justicia.

Y la tercera frase es:

"Al no tener adversario político, todo el trabajo es en positivo". Caramba, qué idea tan interesante. En otras palabras: si la institución funcionase como las otras, el Defensor del Pueblo habría de tener un "antidefensor" de la oposición que se pasara la legislatura criticando su trabajo, pidiendo auditorías de sus cuentas y presentando mociones de censura para sustituirlo a la primera ocasión. Como el Defensor del Pueblo tiene vocación de justicia, no necesita adversario político, todo el trabajo es en positivo y ello supone una ayuda enorme a los ciudadanos.

Trasponiendo la teoría a los problemas cotidianos de Eivissa y Formentera, nos encontramos con una pluralidad de instituciones que hacen "trabajo en negativo" cada día. Me pregunto si los ciudadanos podemos permitirnos semejante lujo. La administración única limita esa labor de zapa de los adversarios políticos al terreno político y simplifica el trabajo en positivo. Para que las instituciones de Eivissa y Formentera estén tan bien valoradas como el Defensor del Pueblo, sólo hace falta que las personas que optan a los cargos públicos tengan vocación por la justicia.

La clave es la educación.

juan_manuel@grijalvo.com

 

Administración única en Eivissa...

La clave es la educación...