Cala de Bou 11-10-04

Recientemente se publicó en la prensa local un artículo en el que se decía que los jóvenes de la isla no conocen los peligros de las drogas. Al parecer se habían olvidado de los peligros de consumir drogas legales, como el tabaco y el alcohol. Los jóvenes de la isla también clasificaban el hashish como si fuera prácticamente una droga legal, por sus hábitos de consumo. Resulta preocupante que haya la misma tendencia con respecto a drogas más duras, como la cocaína. Los expertos recomiendan que se dé mucha más información a edades más tempranas a la población local y que los servicios sociales y las autoridades de educación den muchos más programas y ayudas, para que los niños sean más conscientes de los peligros de todas las drogas.

Un segundo artículo señaló que cada día 16 chicas jóvenes toman la píldora anticonceptiva del día después en Baleares. También que un 58% de los embarazos en chicas adolescentes terminan en aborto. Estas cifras han chocado a los expertos, ya que significan que hay muchas adolescentes en las Baleares que no utilizan anticonceptivos ni tienen sexo seguro. Estas jóvenes corren el riesgo de coger enfermedades de transmisión sexual peligrosas y hasta mortales, así como de quedar embarazadas y tener que abortar.

La lectura de estos dos artículos me recordó una carta enviada recientemente a la prensa. En esta carta se decía que los problemas de educación, drogas, sexo y otras cosas por el estilo, de la juventud en la isla estaban directamente relacionados con la imagen que recogían en sus años de formación, viendo cómo se comportan los turistas que visitan la isla. La reciente publicación de estos dos reportajes parece confirmar esta teoría.

Los excesos de nuestros turistas sólo pueden tener graves influencias negativas sobre los jóvenes. Pueden creer fácilmente que la forma de comportarse de ciertos turistas es la que deberíamos adoptar todos: emborracharse, tomar drogas y tener relaciones sexuales con muchas parejas es normal. Hasta que no controlemos los excesos de algunos turistas, para que sigan pasándoselo bien, pero sin abusar de la comunidad que es su anfitriona, estos problemas se agravarán.

Mientras tanto, ciertos negocios ganan un montón de dinero con el actual tipo de turismo en la isla, y se está destruyendo gradualmente el futuro de nuestros hijos si no se controlan más estrictamente las conductas indeseables. La permisividad e indulgencia de las administraciones públicas es la causa de los problemas a los que se ven enfrentados los jóvenes locales, ya que las autoridades deberían controlar esas actividades de algunos turistas, y la imagen que crean. Lo mismo vale para el modelo de comportamiento que presentan a los jóvenes que viven en la isla. Sin embargo, no hacen nada.

El futuro está en traer a la isla un turismo más humano, y palpablemente más respetuoso con la isla y sus habitantes, si queremos que nuestros hijos crezcan sanos y seguros.

langleykirke@gmail.com