Ricard Marlasca Martín - Parques solares en Formentera
Noviembre de 2007
Con el panorama político que tenemos, parece evidente que lo difícil es luchar por propuestas valientes, y no adoptar los proyectos fáciles que van siempre acompañados por una gran cantidad de dinero, europeo o de donde sea, y que esconden en realidad nuevos "pelotazos". No intentaré explicar lo que significan los campos de placas solares en terrenos rústicos. Las ganancias económicas son espectaculares. Igual que lo que podría pasar con los cultivos subvencionados y las plantas de ecodiesel.
Lo más difícil es lo que no se suele promover. Lo más difícil es llevar adelante proyectos que no harán millonario a nadie, y sospecho que por eso son fórmulas que no les interesan. Me pregunto por qué en la legislatura pasada no se hizo nada para promover el uso de placas solares con fórmulas que no tengan que ver con el arrasamiento de más territorio (se ríen si oyen hablar de colocarlas en los techos de casas o zonas industriales, cuando es sin duda la opción más sensata).
La apuesta es siempre la misma: grandes proyectos y mucho dinero. Igual que no interesa desarrollar una agricultura basada en los cultivos tradicionales, pero sí que se atrevieron a abrir la puerta a los transgénicos, que en cuatro días acabarían con la riqueza del medio ambiente pitiuso. Nunca se ha intentado rentabilizar con proyectos sostenibles el territorio ya degradado y construido de la isla, cuando el territorio es tan poco. Lo fácil es seguir con la inercia del desarrollismo que postulan, y no plantearse si es bueno o malo para el futuro de las islas. Total, dentro de cuatro días ya no vamos a estar aquí, ¿no?...
Ibiza y Formentera se diferencian claramente porque han apostado por distintos modelos turísticos. En Formentera han ido parando casi todos los proyectos desmesurados que han intentado implantar, y lo que no se ha podido parar duele mucho de ver. En Ibiza han salido adelante casi todos los proyectos que no tenían ningún tipo de problemas por destruir y obviar los valores paisajísticos, naturales o patrimoniales con los que se encontraban. Esta diferencia fundamental entre las dos islas puede desaparecer de la mano de algunos que no entienden o no aceptan que tengan éxito modelos menos destructivos y que garanticen un futuro más próspero. De la mano de quien teóricamente debería proteger el medio ambiente entraron en la isla proyectos que, disfrazados de sostenibilidad y ecologismo, son en realidad un increíble negocio económico. ¿Sabe, diputado Maians, cuántos endemismos vegetales existen en Formenterera? Sólo son tres, y gracias a ustedes está a punto de desaparecer uno. Porque si era consejero de Medio Ambiente, debía conocer la existencia de uno de ellos justo en la zona donde se han colocado las estructuras del parque solar, ¿no? Pero supongo que frente a los millones que ganarán algunos con las placas poco tiene que hacer una miserable planta, que parece puesta en este rincón del mundo sólo para molestarlos.
Algunos pensamos que ahora, además, también está allá por alertarnos de quiénes son, qué quieren y cuáles son realmente sus intereses, cuáles son los valores por los que no piensan pararse nunca.
Conservación y sostenibilidad...