Marisol Roig-Francolí - En recuerdo de Cristina Cardona Tur
1 de junio de 2005
Muchas son las aspirantes a bailarina que han pasado por el Centro de Danza a lo largo de los años, pero entre todas hubo una que destacó desde un principio.
Yo tenía poco más de veinte años y eran mis primeras clases como profesora al lado de mi compañera Carmen Mora. Recuerdo perfectamente el momento en que las dos vimos a esa niña de cinco años con acento de Sant Josep que colocaba sus piernas en la barra con una extrema facilidad, como si los ejercicios de ballet estuvieran hechos a medida para ella.
Cristina Cardona creció y con ella creció su técnica; y un buen día, como en el cuento de la Cenicienta, bailando en las «Nits d'Estiu» que entonces organizaba el Consell Insular cada verano, la directora de una compañía alemana la vio y le ofreció un contrato para bailar como solista.
Era un placer verla bailar, y era también un placer compartir con ella conocimientos. Disfrutamos mucho, pero por poco tiempo. Ayer alguien me dijo: «Esta niña era un ángel». Es verdad; por eso ahora está allí bailando con los ángeles.
Cristina, nunca te olvidaremos, y algún día volveremos a bailar juntas. Hasta siempre.
Marisol Roig-Francolí es directora del Centro de Danza