Twinky García Delgado - Un segundo con tu sonrisa
10 de junio de 2005
Hace ya más de una semana, y me parece una eternidad
el tiempo que hace que fuimos a despedirte al puerto de la vida.
Y no me hago a la idea.
Nos conocimos hace muchos años, cuando nuestros cuerpos marchaban todavía
más rápidos que nuestras mentes. Cuando de jóvenes nuestros
padres padecían por nosotras, ya casi éramos mujeres y en el proceso
ellos no tenían ojos más que para cuidarnos, mimarnos y protegernos
de los saltos del camino; siempre de su mano, manos llenas de experiencia, sabiduría
y el más profundo de los amores por nosotras y por la vida.
Hemos vivido y disfrutado por senderos muy diferentes, bien lo sabes tú,
pero siempre hallábamos un ratito, cada cierto tiempo, para mirarnos
a los ojos y hablar, contar y escucharnos tantas cosas buenas que nos iba deparando
la vida, y manos buenas algunas aunque siempre han sido las menos, y si no lo
eran nosotras nos encargábamos de convertirlas. Siempre con tu sonrisa
eterna.
No hay cabida al arrepentimiento. El pasado y las experiencias siempre han de
ser positivas, me decías. Cuánto amor cosechado y recogido. Cuan
derroche de afecto, de alegría para con los nuestros, para con nosotras
mismas, ¿verdad, Cristina?
Ahora, no te siento lejos sino más cerca de mi alma que nunca.
Ahora, desearía tanto poder seguir abrazándote y charlar, tanto
tanto lo deseo como que descanses de esta vida que no es, sino un paso más
en nuestra eterna andadura.
Te quiero. Hasta siempre.
Todo mi amor y el de mi familia a Vicente y Margarita, quienes te dieron la
vida, a David, tu amor, a tus seres queridos y a todos los que tuvimos la suerte
de cruzarnos un segundo con tu sonrisa.
Que recordarte con amor, serenidad y alegría te den la paz eterna.