Dedicado a José María Acosta Vera
Para contactar con José María Acosta Vera... (Ultima Hora, 23 de noviembre de 2000)
Tengo en casa un libro que se titula "Uso eficaz del tiempo", de José María Acosta Vera. Leerlo, y volverlo a leer, es una inversión de tiempo muy rentable, porque explica cómo hacer más cosas en el mismo tiempo. Eso es como vivir más. Pero, dirá usted, vivir más, ¿para qué? Bien, ¿qué quiere conseguir usted en la vida? Cada persona tiene una respuesta diferente. Hay objetivos vitales que cuestan dinero, algunos se cambian por otras cosas, etcétera. Pero todos, sin excepción posible, requieren tiempo, para alcanzarlos... y para disfrutarlos, porque el tiempo es la materia prima de la vida. Uno alcanza sus grandes metas a largo plazo si las divide en tareas pequeñas que va realizando cada día. El uso eficaz del tiempo requiere, ante todo, disciplina. Pero si no reserva usted unas horas para echar una siestecita en los laureles de vez en cuando, los éxitos no le darán satisfacción y se encontrará "desmotivado". En la vida, todo es cuestión de hallar un equilibrio. Desde que algún espabilado inventó el primer mecanismo para medir el tiempo, fue posible reducirlo a una cantidad. El siguiente paso fue decir que se puede cambiar por otra cosa. Por ejemplo, por dinero. Por eso hay quien dice que "el tiempo es oro" o que "el tiempo es dinero". Desde que se puede comprar y vender, nuestro curioso sistema económico lo ha convertido en una mercancía más. Lo cierto es que no podemos comprar un minuto más de vida con todo el oro del mundo, pero no iremos a dejar que la realidad nos estropee una buena frase... El siguiente paso es decir que el tiempo se puede "ahorrar". Como si pudiéramos meterlo en una hucha, para usarlo a voluntad en el futuro. Rizando el rizo, lo depositamos en una cuenta corriente, y el Banco del Tiempo nos pagará intereses... ¿en tiempo o en dinero? Podríamos seguir, pero ya ve usted que es absurdo.
Michael Ende - Momo (pendiente)
Cada persona tiene su definición de lo que es la vida. Es más fácil que nos pongamos de acuerdo sobre lo que no es la vida. Es cuando decimos que "esto no es vida". En plan empírico, "la vida se mide por los hechos y no por los años". Vivir no es vegetar, es dejar obras tras uno. Si son buenas, mejor... Y ya está bien de abstracciones por hoy. Ahora podría usted hacer una lista de sus objetivos concretos a largo plazo. O de las actividades que le interesan, de ocio o de negocio. Por ejemplo, comer, beber, leer, relajarse, dormir, estudiar, manejar un ordenador, hablar por teléfono, jugar al póker, pensar, trabajar, distraerse... En mi caso, escribir este artículo con mi Psion 5, porque es parte de uno de mis objetivos a medio plazo. Ahora puede recopilar otra lista de medios de transporte: automóvil, autobús, avión, tren, barco, "el coche de San Fernando"... Y monta con las dos un cuadro comparativo de lo que puede hacer si va de pasajero en cada uno. Por ejemplo, en avión no puede usar aparatos electrónicos, ni fumar, ni estirar las piernas. En coche, no puede jugar a las cartas. Etcétera. Por cierto, ¿usted se marea? Visto todo eso, ponga en otra columna qué más puede hacer si conduce un automóvil. Pues bien, no puede hacer nada de nada. Si hace cualquier otra cosa, no está prestando suficiente atención al coche, porque ha de dedicársela toda. Conducir es hacer un uso singularmente ineficaz del tiempo de nuestra vida. Es un trabajo absorbente, porque el conductor debe, o debería, estar siempre alerta para reaccionar ante los imprevistos del camino. Es precisamente esa tensión ante el volante lo que hace subir la adrenalina. Cierta marca de automóviles ha puesto en circulación un "slogan" sobre este asunto, a saber, "Conduce y disfruta". Pues no, es "Conduce o disfruta"... Son términos excluyentes. Hay quien dice que conducir le "relaja". Pues tampoco. Usted no puede pensar en otra cosa, y por eso sus quebraderos de cabeza pasan a segundo plano. Otras adicciones funcionan igual. Tampoco son saludables. Viajar en transporte público es ganar tiempo para vivir, que no es lo mismo que adquirir cosas. Mejora nuestra calidad de vida. Por otra parte, tener coche no es gratis. Otro día, si usted quiere, podemos hablar de lo que cuesta y de cómo lo pagamos. Si el tiempo es dinero, porque hoy todo es dinero, tendríamos que sumar las horas que trabajamos para mantener un automóvil a la duración de los desplazamientos. Si nos ahorramos ese dinero porque no lo compramos, hacemos un buen negocio en términos de tiempo de vida... |
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Artículos de José María Acosta Vera...
Erich Scheurmann - Los Papalagi (enlace al texto completo)